Como muchas otras ciudades, Boston experimenta actualmente una densificación de su núcleo urbano. El efecto de esto es claramente visible en Fenway Park, que solía ser un distrito predominantemente de baja altura. El contraste entre el Viridian, de 20 plantas, que lleva el nombre de un pigmento verde cromado, y sus vecinos de dos plantas es indicativo de la escala de la transformación que se está produciendo allí.
Bruner/Cott Architects and Planners han mitigado cuidadosamente este cambio de dimensiones dividiendo el edificio en volúmenes más pequeños. Además, al incluir un programa que beneficia a la comunidad, han conseguido que el edificio se convierta en parte integrante del barrio.
El edificio cuenta con mamparas de cristal en los balcones cuyo color se acerca al viridiano que le da nombre, pero no es este verde el que determina la impresión general de esta arquitectura. Para la apariencia del edificio es crucial el discreto revestimiento de baldosas de terracota de AGROB BUCHTAL. El Viridian consta de un podio con comercios, el Fenway Community Centre y un gran vestíbulo de tres plantas. Encima de este podio hay dos torres con 342 apartamentos, que van desde microunidades a tres dormitorios, y que atienden a una demografía diversa de profesionales, estudiantes, familias jóvenes y personas que no tienen pareja.
Entre el aparcamiento subterráneo y las terrazas comunes en la azotea de las plantas decimoquinta y vigésima, el Viridian también contiene un centro de fitness, salones para residentes y dos "laboratorios de trabajo" con barras de ordenadores y salas de conferencias.
Para mitigar esta adición de gran tamaño al paisaje urbano, Bruner/Cott Architects and Planners no sólo han dividido el volumen en otros más pequeños, sino que también han creado una variación de color y composición para diferenciarlos aún más. Las ligeras variaciones de color de las baldosas dentro del volumen principal ayudan a reducir aún más la escala del edificio y a animar su arquitectura.
Cada volumen está cubierto por una pantalla de lluvia de terracota en diferentes colores naturales terrosos, que armonizan con la gama de rojos, marrones y amarillos de los edificios tradicionales de Boston en ladrillo. Aunque el Viridian es en todos los sentidos un producto del siglo XXI, su confianza en la calidad duradera de los productos cerámicos sitúa esta arquitectura en una venerable tradición de construcción urbana intemporal.